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5 cosas que los hombres casados deben dejar de hacer

Dave Willis consejero matrimonial en Estados Unidos, junto a su esposa Ashley han puesto al descubierto, en su blog, malos hábitos que tienen los hombres casados y las mujeres casadas, desde su singularidad, algunos propios de la mujer y otros propios del varón. Estos malos hábitos son muy dañinos para el matrimonio y para el preservar el amor entre los esposos. Ashley nos comparte “5 cosas que las mujeres casadas deben dejar de hacer “  y por su parte su esposo, Dave, recomienda “5 cosas que los hombres casados deben dejar de hacer” . En el trato constante con cientos de matrimonios,  Dave ha notado que estos malos hábitos que tienen la mayoría de esposos sabotean el matrimonio.

Es importante hacer un análisis de nuestras actitudes y comportamientos y como afectan a la persona más importante en nuestro matrimonio. Es necesario detectar estos malos hábitos -esposos y también esposas- e inmediatamente disponerse a trabajar en ellos, antes de que sea demasiado tarde y el daño sea irreparable.

1. Dar a tu carrera y aficiones lo mejor de ti y a tu esposa "las sobras"

“Es necesario hacer un mea culpa, pues todos hemos puesto – o peor aún- estamos poniendo nuestros mejores esfuerzos en cumplir con los requerimientos de otras personas (en el trabajo, la familia extendida e incluso amigos). También nuestros propios intereses o propósitos han consumido nuestra energía y buena disposición. Hemos caído en el mal hábíto de dar a las personas más importantes de nuestra vida, las sobras de nosotros mismos”, señala Dave.
Recordemos que nuestra mejor inversión, nuestra mejor empresa es nuestra familia, por lo que todos nuestros esfuerzos, motivaciones y propósitos deben girar entorno a nuestra esposa e hijos, nadie más entra en la ecuación.

2. Esperar que tu esposa haga todas las labores del hogar.

Estudios estadísticos muestras que en hogares donde ambos cónyuges tienen trabajos a tiempo completos, es la mujer la que carga con la mayoría de responsabilidades y tareas del hogar. “Es necesario y urgente comenzar a involucrarnos. Nuestras esposas no son sirvientas. Debemos respetarlas y apoyarlas en la administración, planeamiento y ejecución de todos los temas domésticos”, exhorta Willis.

“Hombres, lo consideren o no necesario y que estos temas no aplican a su vida, caigamos en la cuenta en proponernos ser el esposo y padre que nuestra familia se merece. Démosles el amor, protección, cuidado y servicio de la mejor manera. Asegurémonos de que nuestras acciones y palabras comunican bien nuestro amor incondicional y compromiso con ellos. Ellos se merecen la mejor versión de nosotros”.

3. Prestarle más atención al teléfono que ha tu familia.

Que los hijos recuerden a su padre como aquel hombre que todo el tiempo miraba su teléfono o computadora, puede mover el piso a cualquiera.
Esta es una lucha para muchos hombres, porque sentimos la presión de estar constantemente conectados con el mundo y, a veces, incluso se siente como una necesidad al trabajar para mantener a nuestras familias. Aún así, necesitamos crear límites claros para que los dispositivos electrónicos se apaguen con la mayor frecuencia posible para que podamos estar completamente presentes y comprometidos en casa.
Las necesidades del mundo, a través de las pantallas, no son más importante que la necesidades de nuestra familia. Los héroes se necesitan en casa.

4. No prestarle atención a tu esposa cuando te habla.

Los hombres y las mujeres procesan la comunicación de diferentes maneras, pero ambos cónyuges deben hacer un esfuerzo consciente para conectarse el uno con el otro. Los varones, pueden tener una tendencia a “desconectarse” durante las conversaciones, las esposas necesitan y merecen la atención completa y focalizada de los esposos. No es bueno abordar las conversaciones como si fueran zombis en piloto automático. Es necesario estar completamente presentes. Recuerde, la necesidad de su esposa de una comunicación significativa es tan fuerte como la necesidad del varón de tener intimidad con su esposa. Eso se debería poner en perspectiva.

5. Ver pornografía

Este tema, apuntará con el dedo acusador a millones de personas ( en su mayoría varones), quienes consumen con regularidad y no ven nada de malo en exponerse a la pornografía. Sin embargo , en pocas palabra, la pornografía nos insensibiliza de la intimidad real. Es, también, una forma de infidelidad virtual y es una “droga de entrada” hacia otros comportamiento que destruyen el matrimonio. Caer en este vicio, puede ser un viaje sin retorno, en donde el más afectado es el varón, pues los daños no solo se pueden dar en el ámbito psicológico, sino también en lo físico.
Procuremos una intimidad saludable en el matrimonio, todo lo que realmente necesitas, deseas y quieres está en tu esposa.

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