Guía para hablar con nuestros hijos sobre sexualidad

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Guía para hablar con nuestros hijos sobre sexualidad

La Asociación Americana de Psicología reveló que, en un año de televisión los adolescentes están expuestos a más de 14 000 referencias e insinuaciones sexuales. No es necesario explicar cuan persuasivo y dañino es el uso de contenido sexual en el marketing de ropa, champú, música, canciones para nuestros hijos. Los niños necesitan ayuda para comprender el sentido sobre la sexualidad humana y los padres son las personas más influyentes e idóneos para proveerla.

Preparándonos para la “plática”

Antes de comenzar a hablarles a los hijos sobre sexualidad es necesario estar preparados. Pensar en qué les gustaría decirles y cuándo sería conveniente tener estas pláticas con los ellos es importante. Se debe considerar el tono de voz que se empleará y si papá o mamá serán los que aborden el tema con alguno de los hijos.

Aquí desarrollaremos algunas cuestiones importantes que son buenas considerar:

1. ¿Quién debe iniciar la plática, mamá o papá?

Idealmente, los papás deben hablar con los hijos y las mamás con las hijas. Sin embargo, esta no es una regla que no pueda variarse según las circunstancias. Muy rara vez encuentro algún padre de familia al que le sea cómodo hablar de sexo con su hijo o hija. Lo cierto es que a la mayoría de los padres se les pone la piel de gallina cuando llega el momento de abordar el tema con los hijos. En cada matrimonio, hay uno de los padres que se siente menos incómodo y es él o ella quien debería tomar la iniciativa.

2. ¿Cúando se debería tener la plática?

Está pregunta es sencilla de responder; a penas tu hijo llegue a casa del colegio y pregunte sobre por qué hay personas que se dan besos en la boca, sobre el matrimonio o cómo llegan los bebes a una familia, son señales de que llegó el momento. Cuando notemos que su curiosidad sobre el tema es persistente, necesitas responder con prontitud a sus inquietudes antes que otro lo haga. Usualmente, esto sucede entre segundo y tercer grado de primaria. Recuerda, aunque tu hijo sea hijo único, habrá compañeros en su clase con hermanos mayores que le darán información a sus hermanos pequeños y que tal vez compartan con tu hijo o hija en el colegio.

3. ¿Qué tono de voz debes emplear cuando te dirijas a tu hijo o hija?

Es sumamente importante que los hijos e hijas comprendas que la intimidad entre esposos es algo bueno, natural y divino.

Por lo tanto, debes ser lo más optimista posible sin sonar afable. Intenta no asustarlos porque ya se sentirán avergonzados e incluso disgustados por lo que tienes que contarles; está reacción en los hijos es algo completamente normal.

Si uno es  abierto, natural y positivo, es mucho más probable que los hijos regresen más adelante con más preguntas sobre el tema. 

4. ¿Qué hacer si no sabes lo sufiente?

No hay de que preocuparse si no se tienen todas las respuestas a las preguntas de los hijos, ya sea que estén en segundo grado de primaria o terminando la secundaria. Si los hijos preguntan sobre algo que no se sabe, sé honesto y di simplemente “¡Qué pregunta para más buena!. Déjame investigar sobre el tema y te lo respondo enseguida.” Los hijos no esperan o  desean  que sus padres sean expertos en sexualidad. Lo que verdaderamente desean es saber qué es lo que mamá o papá piensan que deberían hacer ellos  cuando llegue el momento.

Recuerda, los chicos y chicas son principalmente egocéntricos aún cuando bordean los 20 años, solo desean saber lo que los padres opinan y sienten sobre cómo les afecta a los hijos la relaciones de enamoramiento, el romance, los besos, la actividad sexual y el matrimonio.

5. ¿Cuándo los hijos crecen, deberías decirles que has hecho en tu juventud? Y si tú has sido sexualmente activo en la adolescencia ¿te conviertes en hipócrita si les pides que esperen hasta el matrimonio?

La respuesta a estas preguntas frecuentes son: No y no. La razón fundamental es que a  la mayoría de los niños (jóvenes o mayores) les incómoda y no les interesa pensar en su que sus padres tengan intimidad. ¿Recuerda cuando has sido niño, es algo que no se cruza por la mente?  Si ronda el sentimiento de que se debe “confesar” a los hijos sobre cómo los padres han vivido la sexualidad,  simplemente no se debe hacerlo.

Tenga presente que sus experiencias sexuales son asunto privado. No les hará ningún daño a sus hijos si le pide que espere hasta el matrimonio. Cuando tu hijo sea adulto, si quieres contarle tu historia sexual, ciertamente puedes hacerlo, pero no es recomendable contárselo a los adolescentes, por más de que las intención sea ayudarlos a evitar cometer los mismos errores. La experiencia ha demostrado que si se comparte con los hijos situaciones tan íntimas con los hijos adolescentes se les da el mensaje de que puerta está abierta y no pasa nada si lo hacen. 

En segundo lugar, es importante ser firme con lo que creemos aunque se hayan cometido muchos errores en el pasado. Creer que no se está calificado para enseñar a los hijos una mejor manera de vivir es un completo error.  Es muy peligroso ejercer la paternidad desde la culpa o vergüenza y no con coraje y amor. 

Dra. Meg Meeker

Pediatra, madre, abuela, coach, conferencista y escritora


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