Convivencia Positiva – 1ra. Conferencia General

disciplina positiva

Convivencia Positiva - 1ra. Conferencia General

La Disciplina Positiva nace de la filosofía de los psiquiatras Alfred Adler y Rudolf Dreikurs que ha sido desarrollada por psicólogas Jane Nelsen y Lynn Lott. La disciplina positiva busca que los padres tomen conciencia de sí mismos y sobretodo de sus sentimientos que están en la base de las prácticas educativas y entender cómo estas suponen influencia casi determinante en el desarrollo, crecimiento y comportamiento infantil. Ayuda a comprender la conducta inadecuada de los niños promoviendo actitudes y estrategias positivas de interacción humana para una sana convivencia.

Jaicy Blandin, Psicóloga Clínica, Psicoterapeuta, Mag. en Educación en la I Conferencia General realizada de manera virtual, para los padres de familia de nuestro colegio, presentó los principios base de esta nueva disciplina, que contribuye a lograr una crianza efectiva, que dé a nuestros hijos las armas para enfrentar la vida.

Aquellos principios básicos son 4:

  1. Conexión antes que Corrección
  2. Habilidades para la vida
  3. Respeto Mutuo
  4. Gestión Emocional

Blandin hizo hincapié en que los padres somos los principales maestros en virtudes y en habilidades útiles para la vida.

“Sólo podemos enseñar las habilidades si las tenemos”

Los criterios para una disciplina positiva son:

  • Ayuda a los niños a tener un sentido de pertenencia e importancia. Aquello se llama vínculo o conexión.

  • Es amable y firme al mismo tiempo.

  • Es efectiva a largo plazo. A diferencia que la corrección constante que solo tiene efecto inmediato.

  • Enseña HABILIDADES para la vida: sociales, emocionales y cognitiva que permitirán desarrollar las virtudes que deseamos que nuestros hijos alcancen.

  • Invita a los hijos a descubrir sus CAPACIDADES.

Frente al autoritarismo y el permisivismo, la disciplina positiva se centra en el vínculo de los padres con los hijos y la construcción de un entorno libre de miedos y de culpa. Nos plantea un cambio de los estilos aprendidos o heredados. El autoritarismo por ejemplo acaba con patrones de rebeldía o sumisión. Por el contrario, el permisivismo deja una huella profunda en la autoestima de los hijos, en el desarrollo de su responsabilidad; niños confusos, desorientados, que creen merecerlo todo sin hacer o dar nada a cambio.

Las 5 habilidades que debemos desarrollar los padres para lograr vincularnos o conectar con nuestros hijos son:

1.Escuchar sin barreras: La expositora propone que debemos desarrollar habilidades de escuchar, debemos mostrar un interés genuino por lo que nos quieren contar nuestros hijos con la mirada, la postura y el silencio.

2.Validar Emociones: enseñarles a comprender que las emociones se pueden controlar y manejar. Ayudarlos comprender también de donde provienen y que efecto causan en nosotros. Animarlos a plantear soluciones para salir reforzados con ellas.

3.Preguntar con actitud curiosa: Esta estrategia permite enseñar a los hijos a pensar, a tener criterio de actuación frente a todo lo que se le presente en la vida. En contraposición a dar solo ordenes que tal vez para ellos no tengan ningún sentido y simplemente provoquen en ellos rebeldía o sumisión. Ayudarlos a plantear ideas de solución a los conflictos, sin encontrar culpables.

4.Apreciar sin evaluar: Liberar a nuestros hijos de etiquetas. Mirar lo bueno de ellos. Asombrarte por todo lo que ellos nos enseñan. Sentirse agradecidos por los hijos que tenemos.

5.Acordar de manera conjunta: Aquí se plantea primero hacer una observación de la situación, segundo expresar sentimiento y pensamientos de un modo amable y finalmente buscar juntos soluciones a las diferentes situaciones que se presenten.

Finalmente, la expositora recomienda que para lograr el éxito en la crianza de hijos buenos y virtuosos con una convivencia positiva es muy importante trabajar en el cuidado de nosotros mismos. Lograr encontrar esa racionalidad al momento de actuar; ser conscientes de que al ser el modelo de nuestros hijos debemos trabajar en nuestras propias habilidades y virtudes. Buscar constantemente nuestra mejora personal como padres, ayudará a nuestros hijos a querer también ser mejores hijos.